
Vicky era el otro yo de Victoria.
Ambas, compartían sus sueños y querían hacerlos realidad juntas.
Pero todo cambia cuando Victoria crece.
Sabía que tenía que dejar sus tonterías de niña a un lado, porque era tiempo de madurar.
Ella creía que madurar implicaba hacer lo que sus padres siempre le habían dicho: no soñar tanto.
Vicky estaba triste porque Victoria se estaba olvidando de ella, y la encierra en su clóset; dejaba a esa pequeña niña que había crecido con ella, para convertirse en una buena persona y comportarse como una princesa, tal y como decía en el reglamento de princesas.
Y es así como Victoria crece, encontrando un día a su príncipe...
Raux, la pregunta es... ¿Sigue Victoria soñando? o... quizas la moraleja es que hay que dejar de soñar mucho para coseguir lo que se quiere...?!?! Sin embargo, me sentí identificada con Victoria cuando ella sabía que tenía que dejar sus tonterías de niña a un lado, porque era tiempo de madurar...
ResponderEliminarCuidate!